jueves, 5 de junio de 2008

BIB AZAHAR 13

La siguiente poesía esta dedicada a los maestros
que compartieron su trabajo con Mª Victoria


Todos sois mis hijos

Os he parido a todos
en la vigilia inquieta.
Os he llevado a cuestas
por el curso del río.
Os concebí en mi mente,
os parí de mi esfuerzo.
Sois mis hijos,
los hijos de mi aliento y mi ansia.
Por eso lleváis presos
en vuestras manos niñas,
los trozos de mi vida
que os repartí en la mesa.

Con la vida trepando,
cuando os marchéis ligeros,
os seguirá mi vista,
y me quedaré quieta,
esperando otro parto
de dolor y de risa,
para abrir mis entrañas
y entregarme en la brecha.

***

Se avanza tan lentamente

Y es que hay tantas cosas
para seguir luchando,
que no puedo sentarme en la cuneta,
aunque me pesen los pies y el alma,
no puedo detenerme.
¡El camino es tan largo!
Parameras teñidas del gris de los insomnios
cabecean mi espalda.
Aún no llegué a la meta.
¡Hasta cuándo Señor!
¡Quisiera hacer arqueo de la ruta!
¡Cuántas cosas te di! ¡Cuántas me diste!
¡Y cuántas me quitaste, sin aviso!
Pero siempre me has dejado
la loca compañera de la risa,
y la encogida angustia
en todos los recodos del camino.
¿Qué he de seguir trepando?
¿Pero hasta cuándo, Señor, hasta cuándo?

***

miércoles, 23 de mayo de 2007

Bib azahar 11

Soneto de los talentos evangélicos

Se me ha dado la gracia de poder expresarme,
de decir con palabras lo que siente mi hermano;
se me ha dicho el misterio de las fibras sutiles
y de poder contarlo en líneas apretadas.

Si digo “cinco, cinco…”, lo digo con los dedos,
con el alma en pentágono y el amor florecido.
Si digo “nada, nada…”, se queda el cuarto solo,
dejo vacío el mundo al tocarlo un instante.

Como polvo de nieve, se me ha dado la gracia.
Poder abrir el dique y vaciarme entera,
y sentir con los pulsos, espíritu en el viento,

la intocable distancia entre el aire y el ala.
Lo que vaya a pedirme el Dador infinito,
me hace tener en vilo el aliento y el alma.

*

¿Dónde encontré tus ojos?

¿Dónde encontré tus ojos?
Sí, fue aquel día gris, blanco y azul…
Pero antes… ¿Por dónde
habremos caminado juntos?
¡No sé!...No importa.
Tú eres tú y yo soy yo…
Pero hay algo entre los dos
que flota en el aire.
¿En qué día, en qué nube,
en qué recodo,
en qué puerta de luz tan sin distancia
iban andando tu espíritu y mis ojos,
para encontrar el punto
de una cima sin tránsito?
¿Qué sé de ti?
No sé… Siento tu alma.
Tu espíritu sediento de reposo.
Tu amanecer sencillo.
La esperanza pintada de colores
que alumbra la armonía de tu huida,
corza de luz, halcón de los espacios.
Tu miedo, tu ternura, tu armadura,
el cántico sin fin de tu mirada
llena de mar, de nubes, de montañas,
de tierras por sembrar, abierta en trilla.
Y ese nido que buscas, sin decirlo,
para poner tu amor a buen recaudo,
para empollar ansias sin sentido
(el cántico, sin voz, de caracola)
¿Qué sé de ti? No sé nada.
Lo siento, cual si estuviera dentro de tu alma.
*